Era casi un nene cuando tuvo la posibilidad de debutar en Primera. Y con sólo 15 años, no le pesó la responsabilidad. Jugando en Sportivo Iglesia, el técnico lo mandó a la cancha como titular. Desde ese momento, Marcelo Pastén no paró. «Recuerdo ese partido frente a San Lorenzo de Rodeo. Sentía muchas ganas, nervios, estaba ansioso. Había jugadores de mucha trayectoria y yo me sumaba a ese plantel. Siempre con ganas de aprender y sumar», contó en diálogo con La Excusa Deportiva. «Tenía el apoyo de todos los compañeros que me dieron consejos y siempre estaban ahí», agregó.
Enganche y fanático de Racing, hizo casi toda su carrera en el Funebrero iglesiano. O la que él considera como su segunda casa. «Amo jugar de toda la vida, en canchitas hechas por nosotros en la plaza o en algún potrero del barrio. Después jugando el primer campeonato en quinta división en el club Sportivo Bella Vista y luego ya fui parte del club donde vivo, Sportivo Iglesia», señaló.
El Chelo relató que en 2008 su hermano Ubaldo lo llevó a jugar al Pismanta, donde fue campeón en la cuarta división. Y luego regresó a su gran amor.
«El fútbol es una de las cosas más lindas. Yo siempre jugué, tuve lesiones pero seguía. Es algo increíble y que ahora se extraña mucho por todo esto que está pasando… Me gustan muchos deportes. Pero el fútbol es una pasión y jugaré hasta que ya no pueda más», dijo el joven.
Con 29 años, Pastén no duda en afirmar que el Funebrero es su segunda casa. «Más allá de lo deportivo conocí muchas personas increíbles, pasando por comisiones, jugadores, hinchas, simpatizante. Y eso es lo lindo del fútbol. Te hace conocer personas y hacer amigos. Ver cómo ha crecido el club es algo muy lindo, y me pone muy feliz«, manifestó.
Con respecto al parate obligado por la pandemia por coronavirus, confesó que cuesta mucho porque «no se puede estar con los chicos entrenando. «Jugamos a principio de año un campeonato, pero fue totalmente distinto, en los entrenamientos, en los partidos, sin el apoyo en las canchas de los hinchas que es algo que los jugadores necesitamos mucho. Ojalá que pronto todo pase y se pueda volver a las canchas», pidió.
Marcelo no anda con vueltas. Mete firulete y caños, pero si hay que revolear la pelota a la tribuna no se pone colorado. “Creo que soy un buen compañero, tratando de estar siempre presente para apoyar a los pibes y siempre dejando todo dentro de la cancha. Dando los mismos consejos que me dieron a mí cuando empecé jugando: ganas, garra, compromiso y compañerismo”, expresó.
“Mi hermano mayor Gustavo es mi referente, siempre me gustaba verlo jugar. Veo mucho los partidos, diría que siempre veo al mejor del mundo, pero es un monstruo. También me gusta mucho el puesto de Modric, Kroos, Kante, en su tiempo Andrea Pirlo…”, señaló.
Pastén jugó varios torneos de la Liga Iglesiana, además de Copa de Campeones. También fue técnico del equipo femenino de Sportivo Iglesia y supo tener una escuelita de fútbol.
“Mi familia que fue y es el pilar fundamental. Mi viejo, el «Negro Ábrego”, nunca dejó de apoyarme, él siempre estuvo para todos, somos 8 hermanos, 5 varones los cuales todos hicimos fútbol, ahora por una u otra cosa dejaron de jugar, solo dos estamos jugando, Franco y yo. Pero siempre están presentes. Gustavo todavía me da consejos y me ayuda a qué todo me salga bien dentro de la cancha. Y lo más lindo el abrazo y la bendición de la madre cuando salimos a cada partido”, dijo resaltando la importancia de los suyos a cada paso que da.
Para finalizar, se acordó de los hinchas: “en donde estén nos hacen el aguante”.